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ACERCA DE TORO
En 1890 el suizo Bautista Gerónimo Gargantini y el italiano Juan Giol alquilaron una pequeña bodega, con solo tres toneles, para elaborar su propio vino.
Pasaron 6 años de pruebas, pero los resultados no terminaban de satisfacerlos. Sin embargo, en 1896 dieron en “la tecla” con un vino que primero llamaron “Cabeza de Toro” y luego “Vino Toro”
Giol y Gargantini describían su trabajo como “un vino hecho por laburantes para laburantes”, espíritu que conserva la marca hasta hoy y que refleja en el relanzamiento de su nueva campaña. En 1910, Giol y Gargantini alcanzaron el apogeo de su marca, produciendo 43 millones de litros de vino Toro.
